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Vitaminas para el cansancio: Más energía para el día a día

El cansancio y la fatiga en el cuerpo se pueden presentar de distintas maneras. El paciente puede tener problemas de concentración, somnolencia, dolor de cabeza, ganglios linfáticos inflamados, mareo, insomnio y más. Sin embargo, hay vitaminas para el cansancio que ayudan a reducir estos síntomas y mejorar la calidad de vida. Descubre la más recomendada por los especialistas.

Las mejores vitaminas para el cansancio

El cansancio y la fatiga crónica tienen diversas causas, entre ellas los aspectos psicológicos, enfermedades de base o falta de una correcta nutrición. La recomendación de los expertos es suministrar al cuerpo los nutrientes necesarios para un correcto funcionamiento. Dentro de las que se deben incluir en un multivitamínico se encuentran:

Vitaminas del complejo B

Dentro de este grupo, son diversas las vitaminas que ayudan al organismo a reducir el cansancio y la fatiga. La tiamina, riboflavina, niacina, ácido pantoténico, cobalamina y otras apoyan el metabolismo de los carbohidratos para convertirlos en energía que se puede aprovechar rápidamente. Además, funcionan como antioxidantes.

Uno de los primeros beneficios que aporta su administración a modo de suplementación es el rendimiento físico y mental. Además, como tiene influencia directa sobre el sistema nervioso, mejora el estado de ánimo, reduce los síntomas de depresión y favorece el rendimiento cognitivo. Se puede tomar en cápsulas, jarabes o inyecciones a base de complejo B.

Vitamina C

El ácido ascórbico o vitamina C es una de las sustancias más conocidas. Su administración al organismo contribuye a la reparación de los tejidos, participa en la formación de colágeno, absorción de hierro, cicatrización y fortalecimiento del sistema inmunológico. Además, participa activamente en las funciones del metabolismo energético, lo que ayuda a reducir la fatiga y el cansancio.

Por otra parte, es una de las vitaminas que, debido a su potencial antioxidante, tiene un efecto de desintoxicación, combatiendo las toxinas y agentes contaminantes. Al transportar hierro a todas las células del cuerpo, permite un correcto funcionamiento, mejora la función cerebral y brinda un mejor nivel de energía. Se puede consumir en jarabes, cápsulas y complementar con una alimentación variada.

Vitamina D

Se le conoce como la vitamina del sol, pues su síntesis se activa cuando el individuo se expone a los rayos ultravioleta. Cuando no hay suplementación o síntesis de vitamina D, no se absorbe calcio y eso se muestra en una debilidad generalizada, acompañada de malestar a nivel óseo. De igual manera, hay cambios de ánimo, cansancio y otros síntomas similares, como deficiencias a nivel inmunológico.

La mejor manera de administrarlo es consumir alimentos con elevadas cantidades de esta vitamina, tales como el pescado, leche, cereales, entre otros. Además, debe haber una exposición al sol que permita la síntesis. La dosis diaria es de 400 UI (unidades internacionales) en niños y en adultos desde 600 hasta 800 UI.

En mujeres y hombre

Existen vitaminas para el cansancio en mujeres y hombres, las cuales se complementan con minerales que sirven de apoyo a la dieta. Marcas como Centrum, Pharmaton o Nutraline integra variedad de elementos que incluyen minerales como el cobre, zinc, hierro, magnesio, coenzima Q10  y vitaminas que ayudan a mejorar las defensas del organismo.

Por ejemplo, durante el ciclo menstrual, las necesidades de hierro se incrementan para mantener un perfecto nivel de hemoglobina. Además, el ácido fólico favorece la regeneración celular para hacerte sentir bien desde el interior y mejorar el rendimiento en el trabajo de fuerza. Los multivitamínicos tienen una cantidad diaria estipulada según las necesidades del paciente, 1 o 2 cápsulas al día.

En estudiantes o deportistas

Debido al uso excesivo de las habilidades cognitivas o físicas, hay vitaminas para el cansancio en estudiantes o atletas que impiden la sensación de cansancio extremo. Lo ideal es que tenga una mezcla de vitamina C, A, D y K, así como de colágeno, magnesio, zinc, entre otros, que favorezcan la formación de piel, músculos, tendones, huesos y cartílago.

Por otra parte, todas las vitaminas que forman el complejo B12 ayudan a mejorar el sistema nervioso, el sistema cardiovascular, la formación de neurotransmisores y favorece la memoria. Si se combina con vitamina C, que contribuye a la eliminación de las toxinas y elementos perjudiciales, hay una mayor protección frente al estrés y los procesos degenerativos. La dosis diaria puede variar según las necesidades del individuo. 

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